Finanzas descentralizadas vs centralizadas: el futuro de la gestión financiera

El control, la planificación y el seguimiento de la evolución de los recursos financieros es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier empresa. Hasta hace no mucho tiempo, esta gestión se llevaba a cabo mediante un sistema de finanzas centralizadas (CeFi) en el que las transacciones se regulaban a través de las instituciones financieras. Con el desarrollo de la tecnología blockchain (cadena de bloques), una base de datos abierta que almacena la información en bloques que se relacionan entre sí de forma criptográfica, el sector ha vivido un gran cambio impulsado por la llegada del concepto de las finanzas descentralizadas (DeFi).

Esta revolución espera transformar por completo la gestión financiera. Gracias a la desaparición de los intermediarios, se espera la llegada de un escenario más transparente y accesible para todos.

¿Qué son las finanzas centralizadas (CeFi)?

El modelo predominante actual consiste en un sistema en el que todas las transacciones financieras están reguladas y supervisadas por diversas instituciones, como pueden ser los bancos, los gobiernos o las bolsas de valores.

En las finanzas centralizadas, todas las transacciones siguen un protocolo establecido en el que las instituciones son siempre las intermediarias. De este modo, los usuarios deben manejar sus fondos a través de un mediador que los gestiona en su nombre. Para ello, es necesario llevar a cabo varias fases de verificación y aprobación, por lo que se alargan en el tiempo y aumentan los costes.

Este tipo de finanzas ofrece varios beneficios:

• Seguridad: para garantizar los fondos tanto de particulares como de empresas, existe una regulación estricta para las instituciones. De este modo, la integridad del sistema financiero está asegurada.
• Confianza: tras muchos años ofreciendo un servicio fiable, los usuarios no albergan dudas sobre el funcionamiento y la integridad de los intermediarios.
• Acceso a una gran cartera de servicios financieros: las instituciones avalan y ofrecen a los usuarios diferentes prestaciones como seguros, préstamos o gestión de inversiones.

El principal reto de las finanzas centralizadas consiste en adaptarse a la llegada de la tecnología blockchain, que ha introducido nuevas formas de gestionar el sector y creado en los usuarios algunas dudas frente a los métodos tradicionales:

• Transparencia: la gestión de los intermediarios no siempre es accesible, por lo que se debe confiar ciegamente en las operaciones internas de las instituciones.
• Costes: la necesidad de un operador que gestione los activos de un tercero, aumenta el gasto.
• Acceso limitado: no siempre se puede acceder a todos los servicios financieros centralizados, ya que, en ocasiones, están restringidos por cuestión de normativa o de ubicación geográfica.

A pesar de que las CeFi continúan siendo una parte fundamental del tejido empresarial actual gracias a su estabilidad, cuentan con muchas limitaciones. Estas restricciones han motivado el desarrollo de nuevas soluciones que aumenten la accesibilidad y mejoren la eficiencia de la gestión financiera.

Basadas en la tecnología blockchain, las finanzas descentralizadas son una forma de gestión emergente que permite a los usuarios acceder a los servicios entre iguales, sin la necesidad de un intermediario. Para ello, ambas partes establecen acuerdos de compraventa que se transforman en programas ejecutables con las condiciones escritas directamente en el código (smart contracts o contratos inteligentes).

Un tipo de finanzas descentralizadas, por ejemplo, son las plataformas en las que se pueden adquirir criptomonedas, que se almacenan en wallets a los que solamente puede acceder el usuario y comprobar su estado en tiempo real. 

Son muchas las ventajas de trabajar con finanzas descentralizadas:

• Eliminación de intermediarios: el tiempo y los costes se reducen al tener la posibilidad de tratar entre pares.
• Transparencia: las transacciones se registran en una red pública, garantizando que todos los interesados puedan acceder a la información.
• Facilidad de acceso: cualquier persona con conexión a internet puede acceder a cualquier tipo de servicio financiero disponible, independientemente de dónde se encuentre y de su capacidad económica.

Al tratarse de una tecnología en pleno desarrollo, las finanzas descentralizadas se enfrentan a múltiples retos, entre los que destacan:

• Aprendizaje: los usuarios necesitan un tiempo para comprender su funcionamiento y adaptarse a su uso, ya que esta forma de gestión se encuentra todavía en sus primeras etapas.
• Regulación: no existe una normativa que regule las finanzas descentralizadas, ya que la legislación necesita un tiempo para desarrollarse. Por lo tanto, puede suponer un problema de protección de los usuarios que no tiene los sistemas centralizados. Por ejemplo, la falta de identificación puede suponer un problema a la hora de detectar o prevenir los delitos fiscales.
• Seguridad: a pesar de que la blockchain es muy segura, no existe una garantía absoluta de que los smart contracts funcionen de forma adecuada y sin fallos, ya que pueden sufrir errores de codificación.

A pesar de que las diferencian muchos aspectos, las finanzas descentralizadas y las centralizadas tienen un principal punto en común: su objetivo. En ambos casos, se pretende facilitar las transacciones y ofrecer servicios a los usuarios que quieren mejorar su capacidad financiera.

Entre las diferencias de las finanzas centralizadas y las descentralizadas destacan:

• Modelo de gestión: mientras que en las centralizadas las instituciones se hacen cargo de la gestión de los activos, en las descentralizadas se elimina la necesidad de tener intermediarios, ya que se trabaja con smart contract.
• Transparencia: las DeFi llevan un registro público de todas las operaciones, mientras que en las CeFi solamente las instituciones pertinentes conocen el proceso al 100%.
• Accesibilidad: las finanzas descentralizadas ofrecen la posibilidad a cualquier persona a acceder a los servicios financieros, mientras que las centralizadas presentan restricciones basadas en la localización o la capacidad económica de los usuarios.

Ambos tipos de gestión tienen espacio en la gestión financiera, tanto ahora como en el futuro, ya que ofrecen posibilidades diferentes. La elección entre una u otra dependerá de las necesidades de cada persona u organización, así como de su capacidad tecnológica, sus posibilidades económicas y su disponibilidad de tiempo. Seguramente, cuando la tecnología evolucione todavía más, se presente un escenario en el que las DeFi y las CeFi coexistan de forma equitativa, por lo que tanto los usuarios como el sistema financiero se verán fortalecidos.

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