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Diferencias entre un ERP horizontal y un ERP vertical

ERP horizontal y un ERP vertical

Un ERP — de Enterprise Resources Planning — es una herramienta de gestión crucial para las empresas actuales. Se trata de un sistema unificado en el que gestionar todos los procesos centrales de la actividad corporativa: desde las finanzas, los recursos humanos y la producción hasta el stock, la cadena de distribución, las compras y demás servicios, pasando por las interacciones con los proveedores o la comunicación y las relaciones con los clientes, entre otras muchas facetas. Existen casi tantos ERPs como tipologías de empresas, pero a la hora de clasificarlos podemos destacar dos: ERP horizontal y ERP vertical.

ERP vertical y horizontal: Definición

Un sistema ERP horizontal aúna un alto porcentaje de tareas y procesos comunes a la gran mayoría de las empresas en un mismo interfaz o entorno digitalizado, sin importar el sector de actividad o las dinámicas de funcionamiento interno. Es decir, más allá de necesidades específicas de cada organización, se trata de un sistema con el que integrar las actividades que comparten todas las empresas: facturar, presupuestar, controlar las materias primas o productos, el proceso de fabricación y venta o la gestión de RRHH, por ejemplo.

La principal ventaja de esta tipología de ERP es que puede adaptarse fácilmente a cualquier sector y crecer al mismo tiempo que lo hacen las necesidades y demandas de cada empresa. 

Un ERP vertical, por contra, está diseñado de base y «desde cero» para las necesidades específicas de un sector determinado o para atender a los procesos concretos de una empresa individual — o un grupo de empresas —. A esta mayor adaptabilidad le acompaña, en muchas ocasiones, una mayor dificultad de implementación, un equilibrio más difícil a la hora de diseñar y atender cada proceso y un mayor riesgo de generar errores a la hora de «acoplar» el sistema. 

ERP vertical vs horizontal ¿Cuál es la mejor solución?

Una vez que sabemos qué es un ERP vertical y un ERP horizontal, las siguientes preguntas que hay que responder serían ¿por cuál decantarse? ¿qué es lo más conveniente?
Ante todo, tenemos que tener claro que, independienteente del sistema ERP que se elija, éste debe reflejar los procesos de cada empresa y adaptarse a los mismos como un traje a medida. Es decir, a cualquier ERP, ya sea vertical u horizontal, tendríamos que exigirle:

  • Modularidad y escalabilidad
  • Adaptación a las necesidades reales
  • Mayor control y trazabilidad
  • Seguridad en el manejo de información y datos
  • Mejores decisiones estratégicas
  • Gestión optimizada
  • Reducción de costes

Asimilado lo anterior, lo más apropiado a la hora de decantarse entre un ERP horizontal y un ERP vertical es pensar en la facilidad de implementación, en la curva de aprendizaje por parte del personal, el uso amigable y el acople de una herramienta digital a lo que realmente se necesita, sin que esto suponga un proceso tedioso o complejo.

En ese sentido — sobre todo si no se cuenta con experiencia previa — lo más apropiado sería decantarse por el ERP horizontal. Sobre todo, porque cubrirá prácticamente la totalidad de las necesidades de manera rápida, cómoda y sin que suponga una disrupción, ni genere rechazo. Y además no es de vital importacia a qué se dedique la organización o la empresa en cuestión, su tamaño o su volumen de negocio. No hay que olvidar tampoco que los pasos para la implementación de un ERP deben acometerse de manera precisa.

A modo de resumen, atendiendo a las necesidades de tu negocio y sector y teniendo en cuenta el presupuesto y proyección de tu organización, debes estudiar con cautela que tipo de ERP realmente encaja mejor en tu organización, sabiendo siempre que al implementar un ERP sientas las bases para digitalizar la planificación y gestión de los recursos aumentando por tanto los niveles de productividad. 

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